Lun, 08/02/2010 - 05:00
Por Augusto Álvarez Rodrich
Agradecimiento a Emilio Lafferranderie El Veco (1931-2010)
El primer partido de fútbol al que uno fue en un estadio es uno de esos recuerdos que acompañan toda la vida. Pero el mío lo tenía borroso: solo recordaba que mi padre me llevó al Estadio Nacional, que yo tenía seis o siete años y que fue del Alianza Lima contra el Dynamo de Moscú, en esas giras de verano que realizaban por Sudamérica los grandes equipos europeos. El otro recuerdo de esa noche era la emoción que hasta ahora me produce cada vez que entro a un estadio y uno se choca con la marea verde de la cancha.
Treinta años después, en 1996, durante un vuelo Miami-Madrid, leía el libro recién publicado del Veco Oído a la música, con sus crónicas publicadas en El Gráfico, y sospeché que uno de los textos narraba precisamente mi primer partido. ‘…Y Lima gritó Amadeo’ era la crónica en la que el Veco acompañó como reportero al gran arquero argentino Amadeo Carrizo, quien, en el ocaso de su exitosa trayectoria, a los 42 años, se ganaba la vida con contratos por partido jugando en equipos de la región. Entonces iba a Lima contratado por Alianza.
La crónica del Veco narraba su conversación con Carrizo en la fila 22 del Boeing de Aerolíneas Argentinas, quien contaba su decepción porque River le negaba la gran despedida que él se merecía. Ese era el meollo de la crónica pero, como parte de la misma, el Veco también contaba lo singular de ese partido.
Como si estuviera en el diván psicoanalítico, saltaron del texto los datos que me faltaban: ahí se enfrentaron por única vez dos grandes arqueros del mundo, Carrizo y Lev Yashin. Fueron 25 mil personas y terminó 2-2 con “un golazo impresionante con remate de cañón en el segundo gol” del gran Perico León, tal como el Veco describió una imagen para mí imborrable.
Al regreso a Lima, le conté a Umberto Jara –quien había editado el libro– mi emoción de leer la crónica del primer partido de mi vida. Él se lo contó a El Veco y, por ello, me regalaron la portada de esa semana de El Gráfico en donde aparecían nada menos que Carrizo y Yashin, la cual cuelga hoy en mi oficina.
Cuando en marzo pasado me llamó Sergio Vilela –de Planeta– para decirme que El Veco me invitaba a presentar su nuevo libro Fútbol es pasión, El Veco con alma y vida, no dudé un segundo en aceptar. Porque era oyente entusiasta de su programa radial El show del Veco, porque admiraba su estilo certero en el fondo y elegante en la forma, y por el agradecimiento profundo de haber escrito la crónica del primer partido de fútbol de mi vida.
Una vez le pregunté al Veco por su primer partido. “Nacional 6-Peñarol 0”, respondió y me contó que, por eso, él era hincha de Nacional de Montevideo. Entendí también porque yo lo soy del Alianza Lima.
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