
Antonio ZapataLos signos políticos son negativos en los EEUU. La crisis económica mundial empezó ahí y su poder destructivo se ha detenido gracias a una masiva inversión de recursos públicos desfinanciados. La solución es tan precaria que puede acabar mal. Por su parte, Obama es un presidente muy resistido y atraviesa una amarga lucha por la legitimidad. Al interior de sí mismos, los norteamericanos están más peleados que nunca. La reforma de la salud arrastra muchos perdedores y ningún ganador. El sistema político ha comenzado el juego perverso del todos pierden, que normalmente precede a los hundimientos.Así era Roma cuando fue asediada por los bárbaros. Su caída fue precedida por una batalla de 200 años que el imperio fue perdiendo progresivamente. Las fronteras se expandieron demasiado durante el auge y cuando comenzó el declive, fue imposible sostener todos los frentes. Roma se había extendido en demasía. Las legiones combatían en el Rin y en el Danubio, en el corazón de Europa actual; también luchaban en el norte del África y en el Asia Menor. La extensión generaba una enorme presión sobre los recursos. Mantener la casa llegó a costar más que las ganancias que generaba. Para los imperios, pasado cierto límite, más grande significa más débil.Lo mismo les habría sucedido a los incas. La enorme expansión del Tawantinsuyu precedió su caída. La guerra interna entre Huáscar y Atahualpa expresaba conflictos regionales contra un centro que había quedado demasiado alejado de sus fronteras. Surgió un centro rival en el norte y se declaró una guerra civil muy cruenta, que debilitó profundamente a los incas justo antes de la llegada de los españoles. En todos los casos, la sobreextensión significa fragilidad y en ocasiones lleva a la caída.Pero la dimensión del imperio no es el único factor. Roma estaba atravesada por luchas desgarradoras y frecuentes guerras civiles. Asimismo, entre los incas, cada sucesión se saldaba por un combate entre las panacas por el poder. No había reglas fijas que resolvieran el conflicto, sino violencias intermitentes muy desgastantes.
Mientras que los EEUU son estables constitucionalmente y poseen una gran fortaleza política. Aunque la presidencia de Obama ha despertado cuestionamientos que antes no se oían. Muchos no lo respetan y él no se atreve a ir muy lejos. En general, se ve estancado, en medio de un pantano. Ha cumplido un año y no camina, mientras que la oposición derechista es cada día más vocinglera y avanza, tanto en las encuestas como en las batallas electorales parciales que se han venido produciendo.No obstante la gravedad de sus problemas, los EEUU aún pueden salir del hoyo donde se están metiendo. Pueden reducir su compromiso militar al nivel real de su poderío económico. Confiar más en los diplomáticos y no tratar de resolver los problemas forzando soluciones militares. Los EEUU son una nación continente, disponen de un mercado interno gigantesco, cuya capacidad de recuperación económica es muy elevada, porque posee una enorme masa de capital susceptible de ser bien invertido.En el largo plazo su único rival es la China, que también es un país continente. Pero, por ahora no hay conflicto entre ellos. Las contradicciones de los EEUU están concentradas en el mundo islámico, donde no hay ningún candidato a superpotencia. Se están desgastando peleando contra quienes no les disputan verdaderamente el liderazgo del planeta. Si la economía china avanza en la competencia internacional es porque los EEUU se han asumido como gendarmes y no confían en su influencia sobre las NNUU para manejar el mundo.
Antonio Zapata
Los signos políticos son negativos en los EEUU. La crisis económica mundial empezó ahí y su poder destructivo se ha detenido gracias a una masiva inversión de recursos públicos desfinanciados. La solución es tan precaria que puede acabar mal. Por su parte, Obama es un presidente muy resistido y atraviesa una amarga lucha por la legitimidad. Al interior de sí mismos, los norteamericanos están más peleados que nunca. La reforma de la salud arrastra muchos perdedores y ningún ganador. El sistema político ha comenzado el juego perverso del todos pierden, que normalmente precede a los hundimientos.
Así era Roma cuando fue asediada por los bárbaros. Su caída fue precedida por una batalla de 200 años que el imperio fue perdiendo progresivamente. Las fronteras se expandieron demasiado durante el auge y cuando comenzó el declive, fue imposible sostener todos los frentes. Roma se había extendido en demasía. Las legiones combatían en el Rin y en el Danubio, en el corazón de Europa actual; también luchaban en el norte del África y en el Asia Menor. La extensión generaba una enorme presión sobre los recursos. Mantener la casa llegó a costar más que las ganancias que generaba. Para los imperios, pasado cierto límite, más grande significa más débil.
Lo mismo les habría sucedido a los incas. La enorme expansión del Tawantinsuyu precedió su caída. La guerra interna entre Huáscar y Atahualpa expresaba conflictos regionales contra un centro que había quedado demasiado alejado de sus fronteras. Surgió un centro rival en el norte y se declaró una guerra civil muy cruenta, que debilitó profundamente a los incas justo antes de la llegada de los españoles. En todos los casos, la sobreextensión significa fragilidad y en ocasiones lleva a la caída.
Pero la dimensión del imperio no es el único factor. Roma estaba atravesada por luchas desgarradoras y frecuentes guerras civiles. Asimismo, entre los incas, cada sucesión se saldaba por un combate entre las panacas por el poder. No había reglas fijas que resolvieran el conflicto, sino violencias intermitentes muy desgastantes.
Mientras que los EEUU son estables constitucionalmente y poseen una gran fortaleza política. Aunque la presidencia de Obama ha despertado cuestionamientos que antes no se oían. Muchos no lo respetan y él no se atreve a ir muy lejos. En general, se ve estancado, en medio de un pantano. Ha cumplido un año y no camina, mientras que la oposición derechista es cada día más vocinglera y avanza, tanto en las encuestas como en las batallas electorales parciales que se han venido produciendo.
No obstante la gravedad de sus problemas, los EEUU aún pueden salir del hoyo donde se están metiendo. Pueden reducir su compromiso militar al nivel real de su poderío económico. Confiar más en los diplomáticos y no tratar de resolver los problemas forzando soluciones militares. Los EEUU son una nación continente, disponen de un mercado interno gigantesco, cuya capacidad de recuperación económica es muy elevada, porque posee una enorme masa de capital susceptible de ser bien invertido.
En el largo plazo su único rival es la China, que también es un país continente. Pero, por ahora no hay conflicto entre ellos. Las contradicciones de los EEUU están concentradas en el mundo islámico, donde no hay ningún candidato a superpotencia. Se están desgastando peleando contra quienes no les disputan verdaderamente el liderazgo del planeta. Si la economía china avanza en la competencia internacional es porque los EEUU se han asumido como gendarmes y no confían en su influencia sobre las NNUU para manejar el mundo.
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