La relación gobierno-lobistas debe ser más transparente.
Por: Augusto Álvarez Rodrich
Los emails entre Rómulo León y Rafael Rey no tendrán consecuencia penal pero sí constituyen, en el marco de los petroaudios, una expresión más de que aún falta avanzar para lograr la transparencia indispensable en los mecanismos de vinculación del poder con los negocios con el fin de que la precariedad institucional del estado peruano no sea el ‘hakuna matata’ de lobistas inescrupulosos.
Dichos emails se refieren a cambios arancelarios en la pesca decididos por el MEF y donde León le solicitaba al entonces ministro de la Producción, en noviembre de 2007, promover el incremento del arancel de las redes pesqueras de 0% a 9%.
En toda decisión arancelaria hay dinero en juego: el que obtienen o dejan de obtener estado, empresarios y consumidores. Y, cuando hay dinero en juego, a veces hay gente dispuesta a darle dinero a alguien para poder ganar más dinero.
León no intentaba influir en los aranceles de la pesca por un interés en la competitividad, protección o perspectiva de esta industria sino porque alguien le había pagado para que hiciera lobby a su favor ante el gobierno. De eso no hay duda, ¿no?
Las comunicaciones Rey-León ya habían sido evaluadas por la comisión parlamentaria del chuponeo en la sesión reservada del jueves 28 de enero de 2010, pero esto recién se hizo público luego de que se revelara la adulteración de 592 archivos del material incautado a BTR, incluyendo los emails Rey-León.
Estos no implican un delito, pero sí reflejan que León se movía con mucha facilidad por el sector público aprista, que es por lo que, precisamente, lo contrataban como lobista. Cuando el congresista Walter Menchola le preguntó a Rey si “es habitual entre los ministros conversar con los ciudadanos de los temas de aranceles a través de los correos electrónicos”, este respondió: “Completamente usual”. Y agregó: “Por email, por teléfono, por comunicación escrita o personal, reuniones personales”.
Discrepo de ese enfoque de la relación entre funcionarios y lobistas, especialmente con uno de mal récord como León. Por una mejor transparencia de las decisiones del gobierno, se debe avanzar en mecanismos más abiertos y menos privados que permitan a todos los interesados conocer de estos asuntos. Las páginas web son un instrumento valioso para ello.
Lo que no se puede olvidar es que –sin ser el caso de Rey– en este gobierno –como en anteriores– hay algunos personajes cercanos al corazón del poder que hoy están lucrando con el tráfico de influencias, en lo que se ha convertido para los lobistas en un ‘hakuna matata’, una expresión suajili que se popularizó en la película ‘El Rey León’ y que significa ‘no hay problema’.
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