Maritza Espinoza
En los setenta, los “pequeños grupos radicales” de los que despotricaban los spots gobiernistas eran los partidos de izquierda que cuestionaban al régimen militar y exigían el retorno a la democracia. En los noventa, fueron quienes se movilizaron contra la dictadura fujimontesinista y se opusieron a la re re reelección. Ahora, los enemigos son, según el mamarrachiento spot que ha sacado el gobierno, aquellos que defienden el medio ambiente y rechazan los recientes abusos ecológicos que han horrorizado al planeta.
Hablo del spot que, desde el fin de semana, se transmite mañana, tarde y noche en los diversos canales de televisión y que es una joya del antimarketing, del cliché y del mensaje contraproducente, sobre todo ahora que acaban de producirse el rebalse de relaves en Angaraes y un derrame petrolero en el Marañón.
El spot de marras pretende contrarrestar las naturales protestas frente a estos sucesos atacando a toda la causa ecologista y contraponiendo torpemente la defensa del medio ambiente con el desarrollo económico, como si fueran dos cosas incompatibles y excluyentes.
El resultado es que “los grandes beneficios que se generan con el procesamiento de nuestros recursos” –como cacarea el locutor en off–, suenan a burla ante la vista del majestuoso río ennegrecido por el petróleo o de los animales muertos de sed por culpa del dique vencido.
¿Intento de manejo de crisis? En una adecuada estrategia comunicacional, si es eso lo que pretende el gobierno, las crisis no se manejan apedreando a los opositores, sino asumiendo parte de las responsabilidades. Poner peruanos contra peruanos es –y ha sido– la estrategia facilona de dictadores y gobernantes que siguen pensando que sus ciudadanos son una sarta de asustadizos bichos, incapaces de pensar por su cuenta.
Que el gobierno se sienta en el derecho de usar nuestros dineros en pretender la defensa de una posición indefendible, vaya y pase, pero este esperpento televisivo nos lleva, además, a pensar qué negociado habrá por lo bajo para que se acepte un trabajo audiovisual de tan ínfima calidad.
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