Augusto Álvarez Rodrich
El juicio increíble de Jorge Mufarech a Susana Villarán.
El 36 juzgado penal de Lima aplazó la lectura de la sentencia por la demanda que Jorge Mufarech le planteó a Susana Villarán por supuesto delito contra el honor, pero es obvio que la amenaza sigue rondando en un proceso que es, en mi opinión, un chantaje inaceptable.
El ex ministro fujimorista, cuyo abogado en este caso es Jorge Castro (el mismo de José Enrique Crousillat en su indulto bamba), sostiene que Villarán lo difamó al publicar en su blog de Lamula.pe un comentario sobre la intención del Parlamento de acusar constitucionalmente a Fernando Rospigliosi en el marco de una iniciativa que era promovida –¡oh, qué curioso!– por el congresista Aurelio Pastor (sí, el mismo ya ex ministro que tramitó el indulto bamba al broadcaster del ‘Doc’).
Si usted lee el texto de Villarán en Lamula.pe que ‘molestó’ a Mufarech, concluirá que el juicio no tiene sentido. Sin embargo, el proceso avanza y no se debe descartar una condena. Pero aun si la declararan inocente –que es lo que debiera ocurrir–, ya se habría conseguido el objetivo aparente del juicio.
Me explico: en la política peruana está proliferando el uso de los juicios como instrumentos de chantaje. Por quítame estas pajas, sin fundamento, unos tipos a los que les sobra tiempo para litigar, y plata para contratar abogados, plantean una demanda buscando molestar, amedrentar, hacer perder la atención, tiempo y dinero –pues obliga a gastar en la defensa–, dar un ejemplo a otros ‘incómodos’ y, en general, inducir a tirar la toalla por los riesgos y costos que implican estos juicios.
Sé de lo que hablo pues actualmente tengo tres juicios que mencionaré sin mucho detalle: 1) Un congresista me ha demandado por decirle “egocéntrico” en esta columna (si supieran quién es coincidirían que eso no es opinión sino simple descripción); 2) Alguien que no parece estar en sus cabales me demanda junto con –¡qué honor!– Alan García, Gladys Echaíz, Javier Velásquez Quesquén, Yehude Simon, Ban Ki Moon, César Hildebrandt, Rosa María Palacios, Ollanta Humala, Magaly Medina, Lourdes Flores, José Miguel Insulza y un montón de gente más. 3) Alguien que sospecho que actúa por razones subalternas, por encargo de un ministro, me demanda por un sinfín de supuestos delitos ocurridos hace nada menos que quince años.
De paso, siento que los jueces debieran tener el coraje de decidir, rápidamente, que una demanda no tiene sentido en lugar de abrir procesos que son largos y costosos.
Esto es lo que creo le está ocurriendo a Susana Villarán, a quien le expreso toda mi solidaridad y le recuerdo que no hay mal que por bien no venga, pues podría ser que en esta injusticia esté el big bang que está necesitando su candidatura municipal para saltar al pelotón delantero de la competencia electoral en la que se ha metido.
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