La muralla electrónica china
Sáb, 27/03/2010 - 22:51
Mirko Lauer
Cuando estalló en enero pasado el conflicto Google vs el gobierno chino parecía únicamente un tema de censura. Desde entonces ha evolucionado hacia el campo de la cultura política, con el buscador abiertamente ocupando el espacio de la disidencia. Ahora la cosa es el PC chino vs los usos libertarios de la red mundial.
Google no ha aceptado la censura y se ha trasladado a servidores de Hong Kong, desde donde cubre a toda China, ahora ya como enemigo público cibernético N°1. La respuesta del gobierno ha sido dar a las páginas web noticiosas del país un úkase: prescindir de Google en todos los casos. No consultarlo, no promoverlo, no mencionarlo.
Las instrucciones incluyen puntos como “No participe en o cubra informaciones/gacetillas de Google”, “No informe que Google ejerce presión sobre nuestro país”, “No aporte material que ayude a Google a atacar políticas relevantes de nuestro país”, “Las notas sobre el retiro de Google de China deben acudir a material publicado por oficinas relevantes”.
Google acepta formas diversas de censura en una serie de países, y ha sido bloqueado en diversos grados en unas dos docenas de ellos (Cuba y Brasil en la región). La empresa sostiene que la resistencia a censurar en China, y no en Alemania, por ejemplo, se debe a la naturaleza misma de su régimen y a algunas de sus políticas.
Parecía que los buenos negocios habían derribado para siempre los tabiques entre democracias liberales y regímenes dictatoriales. Internet empieza a sugerir que no es tan así: el acceso al diálogo universal es crecientemente visto como un problema por los poderes más ansiosos en el tema de la gobernabilidad.
El motivo declarado de Google para partir es político en su lógica final. Pero cuando sus directivos lo detallan aparece también una argumentación comercial: les resultaba cada vez más difícil hacer negocios en virtud de trabas puestas por el gobierno chino. Baidu, el buscador chino, es un exitoso competidor de Google en ese mercado.
China no está nada sola. Cada vez más gobiernos se están alineando con el reclamo de que Internet sea más regulado, por su enorme influencia en la marcha de la protesta. Aquí en el barrio Hugo Chávez ha hecho ese reclamo, aunque hasta el momento su iniciativa ha sido establecer su propio blog, una suerte de “Clic presidente”.
Google vs China, pues, no parece ser un incidente, sino un momento importante en el desarrollo de un modelo, político y de negocios, mucho más acotado y menos libres de Internet. Pues mientras algunos gobiernos quieren censura, algunas transnacionales quieren que se cobre por volumen de bytes utilizados.
El valor de renunciar
Las batallas pendientes de la ministra Mercedes Aráoz.
PIURA.- Cantar valses en Palacio en la noche del año nuevo no fue el mejor debut en el MEF al inicio de un año electoral en el que se debe dar señales de independencia, pero, desde entonces, Mercedes Aráoz ha mostrado convicción de no tener intención de convertir su ministerio en anexo del comando de campaña aprista.
El proyecto de Olmos es la última escaramuza del MEF y ha sido una nueva oportunidad para que la ministra Aráoz muestre disposición a irse del gabinete si el gobierno se pone bruto en la intención de apartarse del interés común y la sensatez.
Olmos no ha sido la única batalla de Aráoz en este verano caliente. Estuvo, también, la del bono militar-policial que peleó y perdió. Tendrá, sin embargo, más oportunidades por delante pues no hay duda de que las cosas se pondrán peor en breve. Están, por ejemplo, los paros que se anuncian en Ancash, Lambayeque, La Libertad y Arequipa para que el gobierno –es decir, ‘el MEF’– apruebe proyectos con el espíritu de fin de fiesta que a veces parece querer imponer el presidente cuando habla de hacerlos “de cualquier manera” y “pese a quien le pese”.
En cada conflicto, Aráoz ha mostrado vocación de estar en ‘el lado bueno’. Y hará bien en ponerse más dura pues cuando el presidente García despidió a Luis Carranza y la nombró a ella en el MEF, quedó la sensación de que lo hacía para facilitar la insinuación que hizo en el discurso de fiestas patrias de julio de 2009: acelerar el gasto y la inversión con criterio político.
Entonces, allegados suyos –Jorge del Castillo, Javier Velásquez, Hugo Otero– proclamaron que el gobierno entraba a una “segunda etapa” donde el énfasis sería “la distribución” y se estaría “más cerca de la gente”. Eso implicaba la intención de cambiar la imagen del gobierno de lejanía con la población pobre, y para eso fue que se cambió de ministro en el MEF.
Cuando casi sacan a Aráoz del gabinete, al final del premierato Simon, un fotógrafo indiscreto registró el blackberry de Aráoz con el texto de que ella quería dejar el cargo como “campeona”. Pues –hablo por experiencia– ser despedido por defender principios éticos es una manera de campeonar. Y sería mucho más valorado después del papelón de Aurelio Pastor.
Además, detrás de esos proyectos públicos con mucho lobby y poco fundamento suele haber –como decía hace poco el presidente García cuando hablaba del TC y el cemento– “mucho dinero, miles de millones de por medio”.
Ahora que Lourdes Flores pretende trazar una línea entre la decencia y la corrupción en la campaña electoral, sería ideal que la ministra Aráoz hiciera lo mismo en la gestión pública y, por supuesto, se ponga –como no dudo que lo hará, pues conozco su decencia– en el lado correcto, aunque ello implique dejar el gabinete.
Ni una molécula de gas para México
Humberto Campodónico
En dos meses más debiera comenzar la exportación del gas de Camisea a México, lo que deja desabastecido el mercado interno. La población ya está enterada que, durante el gobierno anterior, se cambiaron fraudulentamente todas las leyes y reglamentos que prohibían la exportación del gas del Lote 88 (Alan García dijo el 28 de julio pasado que eso era un delito), que recibimos gratis de la Shell.
El gobierno dice que con la “negociación” efectuada hace unos meses el consorcio Camisea se ha comprometido “a no exportar gas del Lote 88 por 5 años”, lo que habría solucionado el problema. Increíble, pero cierto. La “negociación” no logra recuperar el gas del Lote 88 (el “regalo de Dios”) para el Perú, pero esgrime “como un logro” el “compromiso” de los 5 años. ¿Alguien dijo republiqueta?
La cuestión es que como el consorcio Camisea tiene que “guardar” los 4.1 TCF de reservas para la exportación a México en una alcancía sellada, los 4.7 TCFs de reservas restantes no cubren la actual demanda interna. Lo que en cristiano quiere decir que los industriales, las centrales eléctricas y el gasoducto al sur, en una palabra, todos los peruanos, no tenemos gas. Aquí hay racionamiento, mientras que Peru LNG se lleva el gas a México.
Si elevamos un poco la mirada, podremos apreciar que todos los países que exportan gas primero satisfacen su demanda interna: es el caso de Bolivia que exporta gas vía gasoducto a Brasil y Argentina. Y de Argentina, que restringió las exportaciones a Chile, porque tenía que atender primero su mercado interno. También Colombia exporta a Venezuela pequeñas cantidades, después de satisfacer su mercado interno.
En el Caribe está Trinidad y Tobago, con una población de 1.2 millones, que tiene reservas de gas de 16.8 TCF y que exportó Gas Natural Licuado (como lo va a hacer Peru LNG por Pampa Melchorita) por un total 1 (un) TCF en el 2008. Pero, claro, su consumo interno es mínimo y puede destinar esas enormes cantidades a la exportación.
Pero también se están elevando las importaciones de LNG a diversos países de América Latina, las que comenzaron este milenio. Así, en el 2008, 5 países de la Región importaron GNL: Argentina, República Dominicana, México y Brasil. En el 2009 se sumó Chile (con el Terminal de Quintero) y en el 2010 entrará el Terminal de Mejillones de Chile y el de Manzanillo (México), que es donde irá nuestro gas. Ojo que Manzanillo aún no está listo, por lo que el gas de Perú tendrá que ir a otro lado “mientras tanto”. ¿Dónde irá?
Todos esos países pagan un precio que oscila entre US$ 10 a 18 por millón de BTU, lo que es caro (aquí el precio es de US$ 3 por millón de BTU, ya puesto en Lima), pero los países lo aceptan porque lo necesitan y tienen, además, la garantía del suministro ya que el gas viene de cualquier proveedor (y no de un vecino que puede suspender el envío). Lo que nos dice que la integración energética no va nada bien.
Pero el precio al cual Repsol y Peru LNG le van a vender a México es el precio Henry Hub, que actualmente está en US$ 3.87 por millón de BTU, pero al cual hay que descontarle todos los costos para llevarlo a México. Lo que quiere decir que el precio que vamos a recibir aquí estará entre US$ 0.60 a 0.70 por millón de BTU. Increíble.
Así las cosas, no solo nuestro mercado interno se va a quedar desabastecido, sino que el gas se va a vender a México a un precio menor al que se paga aquí. Eso no puede ser. Ni una molécula de gas debe salir del país mientras no se abastezca el mercado interno. ¿No les parece?.
Cuando el destino nos alcance
Alberto Adrianzén M. (*)
Las películas de ciencia ficción cuando querían dar una imagen pesimista del futuro mostraban, por lo general, un mundo controlado por las grandes corporaciones. La película Cuando el destino nos alcance (Soylent Green, en inglés) dirigida por el británico Richard Fleischer en 1973 llevaba ese pesimismo al extremo: una sociedad compuesta mayoritariamente por pobres que eran alimentados, sin saberlo, de carne humana. En 1975 fue Rollerball la que nos mostró un Estado corporativo global. Luego vinieron las notables Alien (1979) y Blade Runner (1982) de Ridley Scott. También Robocop (1987). Más recientemente esta visión de un futuro dominado por las corporaciones ha sido retomada en la película neozelandesa Distrito 9.
Sin embargo, lo que hasta hoy es un tema de las películas de ciencia ficción, amenaza con ser parte de la realidad. Una empresa norteamericana, afirma un cable de la BBC, quiere “sincerar” la política afirmando que “las compañías son gente” y aspira así a obtener un puesto en la Cámara de Representantes del Congreso por el Estado de Maryland.
La decisión de la compañía de relaciones públicas Murray Hill Inc. –la empresa que busca un escaño– se basa en una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de ese país de enero de este año, que establece que el gobierno no puede prohibir la plena participación de grandes empresas y otras organizaciones en la elección de candidatos, ya que eso sería violar el derecho a la “libre expresión” consagrado en la Constitución. Con ello equipara los derechos de las empresas a los de los individuos. Hay que recordar que este fallo fue calificado por el presidente Obama como un gran revés para la democracia.
Esta compañía, en una propaganda para TV, señala este mismo cable, dice: “Hasta ahora los intereses corporativos han sido la fuerza detrás del Congreso”, sin embargo, “nunca podemos estar absolutamente seguros de que los (congresistas) trabajen para nosotros… Es nuestra democracia. Nosotros la compramos. Nosotros la pagamos y vamos a mantenerla (…) Es el momento de ponernos detrás del volante nosotros mismos (…) Vote por Murray Hill Inc. para el Congreso para tener la mejor democracia que el dinero pueda comprar”.
“No es una sátira”, afirma Eric Hansel, “el humano designado” por esta empresa para realizar esta campaña: “Así como la Corte Suprema consagró los derechos de los ciudadanos, ahora está protegiendo los derechos corporativos”. Según el propio Hansel, la empresa considera “que los republicanos son más abiertos a nuestra plataforma de libre mercado y gobierno reducido”.
Y es que, en realidad, no le falta razón a la empresa Murray Hill cuando afirma que los intereses corporativos están detrás del Congreso. Según el Centro para la Integridad Pública, una organización ciudadana en Washington, varias compañías de seguros, hospitales, sindicatos, asociaciones empresariales y grupos de ciudadanos “invirtieron” en hacer lobby unos 544 millones de dólares el año pasado para oponerse o favorecer la reforma de salud aprobada hace unos días por el Congreso norteamericano. Se sabe asimismo que una veintena de congresistas de ambos partidos recibieron 28 millones de dólares de las empresas vinculadas a la salud para sus recientes campañas electorales.
Aunque el pedido de Murray Hill Inc. ha sido rechazado por la Comisión Electoral de Maryland, la empresa amenaza en persistir con su candidatura. Ya tiene un poco más de seis mil seguidores. Por ello no sería extraño que de aquí a unos años tengamos como congresistas de EE.UU. a General Motors, Halliburton o Texaco.
Sheldon Wolin, uno de los más grandes politólogos de EE.UU., en su reciente libro Democracia S.A. dice que el “totalitarismo invertido” que hoy se vive en ese país, “representa fundamentalmente la madurez política del poder corporativo y la desmovilización política de la ciudadanía”. Como se ve, la democracia en el capitalismo cada día se parece más a su caricatura.
(*) albertoadrianzen.lamula.pe
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