domingo, 15 de agosto de 2010

Cambio radical

Por Fernando Rospigliosi
frospigliosi@larepublica.com.pe
La tacha contra Alex Kouri provoca un cambio radical en las elecciones de Lima. Lourdes Flores, Susana Villarán y Carlos Roca bajo nueva perspectiva.
Quizás el más aliviado con la tacha a Kouri sea el propio Kouri, como ha sostenido Augusto Álvarez Rodrich, en el entendido de que daba por perdida la elección y ahora tiene la oportunidad de reinventarse en una próxima ocasión.
No obstante, a pesar de la distancia que mostraban las encuestas entre Lourdes Flores y Kouri, en el Perú las cosas no se definen hasta el día de la votación.
Sin ir muy lejos, en las elecciones del 2006, nadie podía imaginar que Lourdes quedara fuera de la segunda vuelta. Y sucedió.
Las malas lenguas afirman que el gobierno estaba incitando a la Fiscalía para apurar la acusación a Adolfo Carhuallanqui (alias César Cataño) a fin de perjudicar a la que fue su abogada y presidenta de su línea aérea. Si eso sucede la primera semana de setiembre, los adversarios de Lourdes tendrían tiempo suficiente para socavarla.
En cualquier caso, todavía hay que esperar la apelación de Kouri ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). De todas maneras, el  fallo de la primera instancia es un golpe duro que, aun en el caso que el JNE lo revirtiera, afectaría seriamente la ya decaída candidatura de Kouri.
Alan sin candidato
Suponiendo que Kouri queda fuera, Alan García y sus adictos en el Apra se quedan sin candidato. Como es muy evidente, García juega sus cartas en función de sus propios intereses como caudillo. El partido, lo que queda de él, es un instrumento que utiliza en función de sus necesidades.
Hoy día García está preparando su campaña electoral del 2016. De un lado, se dedica a inaugurar todas las obras posibles –esa será su carta de presentación dentro de 5 años–; y de otro lado trata de manipular las elecciones de este y el próximo año para favorecer a los candidatos que cree que le convienen y anular a los que supone podrían hacerle sombra.
Por supuesto, García no es infalible. En 1990 ayudó con toda su fuerza a Alberto Fujimori y se creyó triunfador cuando éste derrotó a Mario Vargas Llosa. Y dos años después Fujimori dio el golpe y lo persiguió.
En cualquier caso, ahora García está interesado en impedir que Lourdes gane en Lima. Su cálculo es que si ella se sienta en el sillón municipal y hace una buena gestión podría convertirse en una rival formidable el 2016.
Además, Alejandro Toledo respalda a Lourdes, y García lo detesta. Razón adicional para no quererla.
Pragmatismo de García
Como no se cansa de repetir Carlos Roca, la línea oficial del Apra –es decir, la que dicta García– es apoyar subrepticiamente a Kouri. Por eso quieren retirar su candidatura, para evitar que le reste algunos puntos a Kouri y tener las manos libres para orientar los votos apristas a su favorito.
La versión de Roca es absolutamente creíble y compatible con lo que ha venido ocurriendo desde hace varios años. No hay que olvidar que García llevó como primer vicepresidente en las elecciones del 2006 al almirante (r) Luis Giampietri, que pertenecía al grupo político de Kouri.
Y durante todo su gobierno García no ha ocultado su simpatía y respaldo a Kouri.
Si el JNE ratifica la tacha a Kouri, García queda sin juego, porque no tiene afinidad con ninguno de los candidatos restantes. Por supuesto, García es pragmático y preferiría que gane cualquier otro a Lourdes. Incluso, tal vez, Susana Villarán.
Ninguno de los otros competidores sería rival para él el 2016.
Lourdes y Keiko   
Los fujimoristas, que como es obvio también apoyaban discretamente a Kouri, se han quedado también sin candidato. Pero son igualmente pragmáticos. Ellos
–por lo menos algunos– sí estarían dispuestos a entablar relaciones con Lourdes. Y Lourdes recibiría su apoyo con los brazos abiertos. Ella tiene como consigna la lucha por la decencia, pero tampoco exagera.
Hay que recordar que en el 2001, cuando se pensaba que el fujimorismo tenía un bolsón de votos importantes –cosa que no era cierta en esa elección–, tuvo un gesto significativo: asistió al matrimonio de Keiko Fujimori.
Como a los fujimoristas les interesa la elección del 2011 –no piensan en el 2016–, se podrían allanar a un intercambio. Silencioso, por supuesto.
   
Susana
En este panorama, los bonos de Susana Villarán han subido rápidamente. De hecho, había trepado significativamente en las encuestas en las últimas semanas, quizás beneficiada por la campaña de Lourdes. Si de decencia se trata, Susana tiene una hoja de vida intachable.
Sin embargo, tiene graves limitaciones. No tiene organización partidaria, ni dinero, ni respaldo en medios de comunicación importantes. Pero soñar no cuesta nada. Un respaldo substancial el 3 de octubre implicaría una corriente de aire fresco en un ambiente político podrido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario