Nelson Manrique
La elección de Jorge del Castillo como secretario general del Apra, luego de derrotar el intento de Mauricio Mulder de quedarse en el cargo a combo y patada, así como el sainete del indulto otorgado por Alan García a José Enrique Crousillat, son las dos caras de un intento de reposicionar al Apra con vista a las próximas elecciones.
Mulder acaba de aprender que para mantenerse en el poder no bastan la violencia y los fraudes orgánicos. Del Castillo logró construir –gracias al pacto con los “cuarentones”– una correlación de fuerzas que le obligó a desistir de su candidatura, ante la perspectiva de una segura derrota. Aunque en medio de la trifulca Mulder armó un show, denunciando que lo habían “secuestrado” en su oficina, encerrándolo contra su voluntad, y acusando de “fraude” a sus rivales, él, como todo el mundo, sabe que no tiene ningún porvenir fuera del Apra. De allí que ha optado por frotarse las contusiones disimuladamente y sonreír para las cámaras.
Disciplina, compañero.
Es llamativa la imagen que Del Castillo y Alan García han brindado de su relación estos días. Por una parte, García se prodigó respaldando las expectativas electorales del nuevo secretario general del Apra (“Del Castillo es la principal carta electoral del Apra para el 2011”). Pero, ¡oh sorpresa!, en lugar de que Del Castillo hiciera pública su gratitud por estas declaraciones, replicó tomando distancia, criticando el indulto a Crousillat, obligando a García a desdecirse públicamente (“me siento un poco burlado”), y a emprender el camino que ha culminado en la revocatoria del indulto y la crónica de una fuga anunciada.
¿Significa esto que Del Castillo ha decidido enfrentarse a García, o estamos ante un teatro montado para las galerías, que pretende presentar al premier de la primera hora y el gran defensor de García en mil y una circunstancias como el abanderado de la oposición? En realidad la derrota de Mulder y la alianza con los “cuarentones” mejora las posibilidades de Del Castillo, pero la última palabra aún no está dicha. No hay una candidatura aprista viable sin el respaldo de Alan García y a éste no le conviene que lo suceda un presidente aprista, porque esto reduciría sus propias posibilidades de ser reelegido el 2016; su escenario ideal sería un candidato independiente apoyado por el Apra, que garantice que no van a haber incómodas investigaciones en torno a los mil y un negociados en marcha (apuesto a Castañeda). Si a pesar de todo Del Castillo logra imponerse posiblemente le espere un destino similar al que debió afrontar Luis Alva Castro como candidato aprista en 1990, cuando fue abandonado por García, que apoyó la de Alberto Fujimori desde el poder.
En lo inmediato, avanza la campaña destinada a limpiar a JDC de la mugre contraída en los negociados petroleros; ya el PJ controlado por el Apra –el mismo que ha logrado hasta ahora impedir que se conozca el contenido del disco duro de León Alegría– se ha apresurado a declararlo virtualmente inocente. Por eso es bueno recordar su comportamiento en este entripado.
Al estallar el escándalo JDC sostuvo que no tenía relaciones con Rómulo León Alegría, para desdecirse cuando apareció un video que lo mostraba develando la placa de bronce que la sobrina de don Rómulo (que aparecía acompañándolo en el video) mandó fundir en su honor. Sostuvo luego que sólo recibió a Canaán en su despacho porque era su obligación como Premier, para luego terminar reconociendo que se reunió con él –y con León Alegría– en unas cinco oportunidades (buscándolo además en su hotel).
Afirmó luego que él no intervino en la concertación de la cita entre Fortunato Canaán y Alan García, cargándole la responsabilidad a la dominicana Peggy Cabral, que lo desmintió. Luego terminó recordando haber participado en una cena con Rómulo León, Alberto Químper, Ernesto Arias Schreiber y empresarios noruegos en el Club Nacional, en julio del 2008, “en donde se habló de inversión petrolera”; adicionalmente haber conversado con León Alegría en otra oportunidad en la PCM, haber sido visitado tres veces por Alberto Químper en la PCM, etc., todo sólo después de que las evidencias acumuladas le obligaron a reconocer aquello que antes había negado.
Nada como un PJ corrupto para reconstruir la virginidad perdida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario